miércoles, 18 de septiembre de 2019

Primer parcial

Mito

El oscuro mirar

Al calor abrazador de la tarde Jesús, mientras limpia su sudor notó en el suelo una piedra distinta a las demás, al tomarla entre sus dedos percibió que dejaba un color negro tan hermoso y llamativo como Adonis, fue entonces cuando deseó que su amada lo tuviera entre sus manos, en ese momento guardó la piedra en la tela que antes había quitado el sudor de su rostro.
Al llegar con su amada, emocionado mostró aquel objeto, ella al tenerla entre las palmas de sus manos quedó sorprendida, para agradecerle dicho obsequio. lo invitó a cenar la noche siguiente.
Sofía al extender los brazos para despedirse se dio cuenta de que sus manos habían adquirido un color negrizo, así que pensó en la manera de usarla. Toda la noche meditó, pero no se le ocurrió nada, así que desesperada rogó a los dioses que le ayudarían. Atenea al escuchar lo que realmente anhelaba, hizo que Sofía tuviera una visión donde se hiciera presente la manera de utilizarla para que sus ojos resaltaran tanto como el rayo de Zeus.
Acelerada Sofía se levantó, y comenzó a preparar la receta que vio en aquella visión, y al terminar obtuvo una pasta.
Al caer el ocaso ella decidió utilizarla, para pintar el borde de sus ojos lo cual provocó un brillo que nadie podía resistir mirar, siendo así que Afrodita al sentir envidia por el efecto que tenían sus ojos, le preguntó qué es lo que le había provocado que su mirada resaltara tanto, Sofía al negarse a compartir con ella su secreto hizo que Afrodita se enojara, y como consecuencia de Afrodita la dejó sin ojos volviendo, estos en más mezcla de la que había obtenido, la última frase de Afrodita para Sofía fue “si es tu mirar aquello que no resisten dejar de observar, pues sin tus ojos te has de quedar”.
Escrito por:
Cruz Téllez Laura
López González Xochiquetzal Citlalli
Morales Lechuga Erick
Mitologia Griega 
Erick Morales lechuga
Pan  era el semidiós de los pastores y rebaños en la mitología griega. Era especialmente venerado en Arcadia, a pesar de no contar con grandes santuarios en su honor en dicha región. En la mitología romana se identifica a este dios como un Fauno.

Pan era también el dios de la fertilidad y de la sexualidad masculina. Dotado de una gran potencia y apetito sexual, se dedicaba a perseguir por los bosques, en busca de sus favores, a ninfas y muchachas. En muchos aspectos, el dios Pan tiene cierta similitud con Dioniso.
Era el dios de las brisas del amanecer y del atardecer. Vivía en compañía de las ninfas en una gruta del Parnaso llamada Coricia. Se le atribuían dones proféticos y formaba parte del cortejo de Dioniso, puesto que se suponía que seguía a este en sus costumbres. Era cazador, curandero y músico. Habitaba en los bosques y en las selvas, correteando tras las ovejas y espantando a los hombres que penetraban en sus terrenos.
Portaba en la mano el cayado o bastón de pastor y tocaba la siringa, a la que también se conoce como Flauta de Pan. Le agradaban las fuentes y la sombra de los bosques, entre cuya maleza solía esconderse para espiar a las ninfas.
Se dice que Pan era especialmente irascible si se le molestaba durante sus siestas. Los habitantes de Arcadia tenían la creencia de que, cuando una persona dormía la siesta, no se la debía despertar bajo ningún motivo ya que, de esa forma, se interrumpía el sueño del dios Pan. En este caso, Pan se aproxima a la noción de Demonium Meridianum (Demonio del Mediodía).
Por último, como deidad, Pan representaba a toda la naturaleza salvaje. De esta forma, se le atribuía la generación del miedo enloquecedor. De ahí la palabra pánico que, en principio, significaba el temor masivo que sufrían manadas y rebaños ante el tronar y la caída de rayos.